martes, 16 de febrero de 2010

capitulo 19



Augusto se ha quedado muy sorprendido al conocer de la existencia de una hermana de Paulina. Le pide a una sirvienta que se lleve a su niña y que cuando lleguen sus hijos no los deje entrar en el salón. Paulina hasta llora:
--a saber que les contó... Mi hermana está muy enferma y cuando yo la quiero poner en tratamiento huye... ¡hasta se cambió el apellido y dice que no es mi hermana...¡ ¡¡es capaz de decir yo que sé que locura¡¡
Paulina finge que llora abrazada a su esposo. El comisario ve a Paulina tan segura de sí misma que no podría poner en duda que ella es la que dice la verdad.
--La señora Gabriela, que es así como se llama...
Augusto mira al comisario sorprendido:
--¿Gabriela?
Paulina está abrazada a su esposo. Se muestra cariñosa.
--Es mi hermana gemela... la pobre me hace sufrir tanto... Supe que tuvo un hijo al que abandonó por negro y que recientemente perdió una niña que se iba a llamar Gabriela... Era mi sobrina por eso lo quise poner a mi hijita Gabriela...
Paulina llora y su versión suena creible.
--Será por eso que la señora Gabriela cree que la hija de ustedes es hija de ella...
--¿¿como? --Augusto sorprendido.
Paulina sigue fingiendo que llora.
--¡pobrecita... que loca está¡
Paulina se hace la sufrida, que no soporta escuchar lo mal que está su hermana pero el comisario les cuenta todo lo que les ha dicho:
--Que se encontraron por casualidad, que usted le hizo chantaje para irse con su amante a cambio de dar dinero para curar a su madre, que durante un año ella fingió ser la esposa del señor y que le dio una hija...
Augusto está tan sorprendido que no es capaz de decir nada. Y Paulina llora y llora.
--¡mi pobre hermana... enloqueció...¡
Paulina mira a su esposo:
--Yo lo amo tanto... jamás me iría con otro... y a nuestra mamita no le pasa nada... Se la pasa de crucero en crucero... ¡Es que a mi hermana le encanta mentir y lo peor es que ella misma se cree sus mentiras¡
Aunque Paulina le dice que no es necesario, Augusto quiere ir a comisaria.
--es tu hermana, quiero conocerla...
Al comisario también le parece una buena idea enfrentarlos a los tres. Paulina confía que Gabriela pierda los nervios y así poder hacerla pasar por una desquiciada. Augusto y Paulina siguen al comisario en su auto. Las palabras de amor de Paulina suenan tan huecas.
--¿y si fuera verdad?¿y si otra hubiera ocupado su lugar? –piensa Augusto.
Por un lado le hubiera gustado que en serio fueran dos y que por eso todo fue distinto con la otra pero en caso que eso fuera verdad, su amada le mintió, se hizo pasar por otra. Piensa en lo feliz que fue en los últimos meses y le duele pensar que esa mujer le haya mentido. Y Paulina que no hace sino llorar.
--¿porqué nunca me dijiste que tienes una hermana? Tampoco nunca me hablaste de tu mamá...
Paulina se hace la victima.
--Mamá siempre la prefirió a ella y eso que es de lo peor... me daba pena... ¡está loca...¡ Me da pena decirlo pero se lo merece. Abandonó a su hijo recién nacido porque era negro pero en seguida se quedó embarazada de uno de sus muchos amantes, recién perdió a su hijo y enloqueció...
--pero ¿decir que usurpó tu lugar?¿no es como demasiado?
--así es ella... No sé un día le enseñé una foto tuya y quedó obsesionada... Nunca nos veíamos pero yo la llamaba y me preguntaba por ti, quería saber cosas de nuestra intimidad. No sé tal vez quería prepararse para decir que ha tenido una hija tuya...
Paulina se muestra tan atormentada que es imposible no creer en ella.

Gabriela, como si fuera una delincuente, es llevada al despacho del comisario. Ahí la esperan Paulina y Augusto. El impacto para el hombre es brutal ya que no las puede distinguir. Trata de escuchar a su corazón, de averiguar cual de las dos mientes pero Paulina se muestra frivola pero serena y Gabriela está enloquecida. Se tira sobre Augusto.
--¡mi amor, mi amor...¡ ¡¡mi hija... no me van a quitar a mi hija¡
Paulina sonríe disimuladamente. Así es como quería que se comportara. Augusto se aparta de ella. la mira con compasión. Ahora cree en su esposa cuando le asegura que su hermana está mal de la cabeza. Paulina se abraza a su hermana fingiendo alegria.
--¡hermana... que alegría verte¡ ¡¡me tenias preocupada¡
Gabriela no da crédito a lo que oye. Se pone como loca.
--¡mi hija... dame a mi hija...¡
Paulina se muestra compasiva.
--tu hijita murió... Gabrielita es la hija que tuvimos mi esposo y yo...
Gabriela está viviendo un horror. Se muestra enloquecida. Da un empujón a Paulina. La llama mentirosa. Gabriela no se da cuenta que con su comportamiento desquilibrado lo que hace es ayudar a Paulina que se hace la victima.
--necesitas ayud, hermana... pero yo te voy a cuidar... ¿qué ha sido de tu vida en este año?
Gabriela no puede mostrarse tranquila cuando nadie está creyendo en ella. Con desesperación dice la verdad. Una verdad que todos ignoran.
-¡¡-no, no somos hermanas... ¡Ella me obligó a ocupar su lugar... Yo era la que he estado en esta casado por casi un año¡
Gabriela mira a los ojos a su amado:
--Augusto yo soy la mujer que amas...
le repite todo lo que recién le ha dicho cuando él hablaba por teléfono con su empresa. Augusto está desconcertado. No, no puede ser que lo hayan engañado pero por otro lado... es tan extraño el cambio de Paulina. Ésta no deja que Gabriela se acerca a su esposo
--¡no seas teatrera hermana que recién te lo conté yo¡
Gabriela llora desespera.
--¡te juro por mi vida que digo la verdad... Ella tiene un amante... yo soy la que te amo...¡
Augusto boquiabierto. El comisario no dice nada pero ha tomado partido por Paulina, Gabriela le parece una desquiciada. Paulina la escucha con un falso llanto, como si le doliera lo mal que está su supuesta hermana. Gabriela exige ver a su hija.
--¡,mi niña sabrá que su madre soy yo¡
Paulina no se puede someter a esa prueba. Odia a los niños, con ella lloraría y con Gabriela callaría. Se delataría. Augusto siente pena de esa joven que asegura que lo ama y que estuvo con él. Paulina se muestra la compasiva, la que quiere ayudar a su hermana. Mira a Augusto y dice:
--Yo la veo muy mal, creo que deberíamos internarla...
Gabriela se quiere tirar encima de ella:
--¡no me vas a quitar a mi hija¡
Pero el comisario agarra a Gabriela y la esposa a la mesa. La policia no la cree y eso la desespera. Paulina hace que llora aferrada a ese esposo que detesta:
--pobre loca... pero mi hermana, por eso mi hija lleva su nombre...
Gabriela se pone como loca, trata de soltarse sin lograrlo.
--¡mi niña lleva mi nombre, mi identidad...¡
Augusto no la cree y eso la angustia mucho.
--¡puedo demostrar lo que digo... no somos hermanas... la conocí y me obligó a usurpar su lugar a cambio de ayudar a mi mamá...¡
Entonces Augusto pide las pruebas de ADN para las dos hermanas
--así se sabrá quien miente...
Al comisario le parece bien pero mientras se aclare todo Gabriela queda prisa. Gabriela le suplica a Augusto.
--¡no me separes de mi hija...¡¡¡llevame con ella..¡ ¡¡no me dejes aquí¡
A Augusto le parte el alma ver a la joven tan mal.
--No la podemos dejar aquí...
--claro que no... tenemos que buscar una clinica mental... ocupate tú...
Gabriela se desespera al ver como su amado habla de internarla.

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