martes, 16 de febrero de 2010

capitulo 7



Augusto despierta solo en su cama de matrimonio. Toca el lado de su esposa:
--mi amor...?
El silencio lo asusta. Por un momento teme que todo haya sido un sueño. Va a levantarse. En ese momento Gabriela entra con el desayuno.
--lo preparé yo misma... espero que te guste...
Augusto no esperaba ese detalle. Le emociona mucho.
--Me vas a malcriar --dice divertido.
él se incorpora en la cama, ella le pone la bandeja encima. Es una mujer feliz y asi se lo demuestra:
--te lo mereces...
Augusto susurra que la ama mientras empieza a comer. Ella espera nerviosa.
--No sabia que supieras cocinar...
--¡¡si siempre lo hice¡ --se le escapa.
Él la mira con sorpresa:
--¿¿como?
Gabriela tiene que improvisar sobre la marcha.
--de niña lo hacia mucho... ahora tenia miedo que no te gustara...
Augusto es también un hombre feliz. Feliz como nunca había sido.
--¡¡pero sí está buenisimo¡
Él disfruta con la comida y ella disfruta viéndolo comer.
--¿en serio te gusta?
--Me encanta --dice dulce-- aunque más me gustaría si lo compartiera contigo...
Aunque ella le dice que no, él le da un poco a ella. Luego como a él. Comparten asi el desayuno bien divertidos. Ella va a recoger. Él se muestra amoroso:
--deja eso...
Augusto es muy dulce con la joven. Dejan la bandeja a un lado. Se la tira sobre de sí y se van fundiendo en un solo cuerpo.

Augusto no tarda de unirse a los chicos. Los hermanos se abrazan. Luego Augusto saluda a Tom. A Eduardo le sorprende la cara de su hermano:
--¡¡tienes cara de feliz..¡ ¡¡tienes una amante... por fin¡
Eduardo se alegra de ver a su hermano contento. Augusto se le ríe.
--¡¡no seas bruto... claro que no... ¡¡Yo jamás estaría con otra mujer que no fuera mi Paulina¡
Eduardo mira a su hermano con desconfianza.
--pero no creo que sea tu mujer la que te tiene tan contento...
A Augusto siempre le ha dolido que su familia le tenga mala voluntad a su esposa pero comprende que ella no ha hecho nada para remediarlo mas al contrario. Paulina es la primera en rechazar a la familia de su esposo.
--Si la vieras... ha llegado totalmente transformada de su viaje... parece otra... ¡¡estoy viviendo una luna de miel...¡
Eduardo no puede creer lo que le cuenta su hermano:
--¿en serio?

Muy nerviosa Gabriela va al hospital donde está Daniela. No estaba en los planes que se enfrentase a solas a la familia de su esposo pero siente algo muy especial por Augusto y quiere estar ahí para apoyarlo. Se ha memorizado todas las fotos que hay en la casa tratando de relacionarla con lo que le ha explicado Paulina para poner así nombres a esos rostros. Espera no equivocarse. Aunque por si acaso la solución está en no llamar a nadie por su nombre. Pregunta en información:
--soy la esposa del primo --dice segura.
Y va hacia donde le han dicho que está. El que sale a su encuentro es un sorprendido Eduardo .
--¿¿qué haces aquí?
Gabriela ha visto muchas fotos de él con su esposo y por lo que le ha contado Paulina se da cuenta que es el hermano de su esposo.
--Vine a preocuparme por la prima de mi esposo... ¿qué tiene?
Eduardo la ve sincera:
--vaya, sí que has cambiado...
Gabriela fuerza una sonrisa para que parezca que todo va bien pero está muy nerviosa. Esa es una prueba de fuego y sola pero siente que se lo debe a Augusto sin contar que cree que es donde debe estar. Además aunque no la conoce le preocupa esa pobre chica. Gabriela trata a su cuñado con la cordialidad con la que trataria a su hermano. A Eduardo , a quien nunca tragó su cuñada y siempre trato fatal, le sorprende el cambio pero le gusta. Le habla del parte médico, que no dice mucho, que la joven no recobra la consciencia, que está estable pero si estado sigue siendo muy grave.. Eduardo se despide ella que le da un beso en la mejilla siendo una nueva sorpresa para él. La deja sola:
--mis tias están allá --dice señalándolo un pasillo.
Gabriela va nerviosa. Sabe que Paulina odia a esas mujeres y no sabe bien como la van a recibir, qué va a ocurrir. Manuel salía del baño en ese momento. Justo cuando Gabriela pasaba por delante. La mira fijamente. Se muestra coqueto:
--¿me buscabas a mí?
Gabriela piensa en todo lo que sabe y lleva a la conclusión que es Manuel, el tio de su esposo:
--No, busco a su esposa y a su cuñada.
A Manuel también le sorprende que Paulina sea tan educada. Gabriela no le da tiempo a decir nada. No le gusta la manera en la que él la mira. Va a irse pero Manuel se pone delante de ella. La mano apoyada en la pared. Le impide el paso. Están en un sitio discreto. No los ve nada. Manuel la mira de una manera muy intensa. Ni él mismo sabe bien porque la joven le despierta esos sentimientos tan fuertes.
--¡suelteme¡ --grita ella.
Él la mira con cara de depravado:
--¿y es que me voy a morir con el gusto que me digas que sí¡?
Gabriela lo bofetea sorprendida y escandalizada:
--¡¡es usted un cerdo...¡ ¡¡¿qué le pasa a esta familia?¡
Manuel la estrecha entre sus brazos. Siente una fuerte atracción hacia Paulina/Gabriela que nunca ha podido ver realizada. El aliento de él asquea a la joven. Ella forcejea y eso aumenta el interés del hombre hacia ella:
--¿¿porqué siempre me rechazas?
Eso calma a Gabriela que por un momento pensó que su doble se habia acostado con todos los hombres de esa familia.
--¡¡si no me deja grito¡
Manuel la abraza con fuerza mientras ella forcejea.
--¡¡quiero saber a qué sabe un beso tuyo¡
Manuel está apunto de rozar los labios de su objeto del deseo pero la mira a los ojos. Siente algo desde muy adentro y no puede. la suelta aturdido. Gabriela lo bofetea con todo sus fuerzas.
--¡¡no me vuelva a tocar o le acusa con toda la familia...¡
Manuel está muy sofocado. No entiende porque si desea a esa chica no pudo besarla cuando estaba dispuesto a hacerlo. Eduardo vuelve en ese momento. Nota la tensión:
--¿pasa algo?
Se da cuenta que entre su cuñada y su tio las cosas son como siempre pero él ahora siente que la supuesta Paulina sí merece ser defendida y se pone de su lado:
--te pasa algo?
Gabriela está muy sofocada:
--donde te habias metido?
Eduardo está muy sorprendido. No entiende lo que ha pasado. Gabriela mira a Manuel con mucha rabia. Para evitar que hable, Manuel dice:
--ya sabes como se las gasta tu cuñada...
Gabriela se muestra asustada. Eduardo se muestra protector y ella se refugia en él.
--Pues será mejor que no la provoques...
A Manuel le da rabia que la joven tenga defensores. Eduardo se la lleva con sus tias. Manuel está muy alterado. No entiende porque siente tanta fijación con esa mujer.

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