martes, 16 de febrero de 2010

capitulo 21



Augusto está tumbado desnudo sobre su cama. Habla con su hermano por el celular. No lo quiere angustiar a Eduardo pero éste se da cuenta que le pasa algo.
----Paulina parece otra...
--bueno el embarazo cambia a las mujeres
--No es eso...
Augusto no quiere preocupar a su hermano, no quiere contarle todo lo que está pasando.
--¿qué ocurre exactamente?
Augusto no sabe qué decirle a su hermano.
--tranquilo, será mejor que lo olvides...
--¿quieres que venga?
Augusto le dice que no pero Eduardo lo nota nervioso y pide que le reserve un billete para el siguiente vuelo a su país. Augusto camina desnudo por la habitación atormentado. No sabe qué sería peor que Paulina hubiese sido dulce por su embarazo o que la chica que amó fuera una usurpadora y le estuviera mintiendo. Se pone ropa cómoda y va a la habitación de juegos de sus hijos. Los nota apagados.
--¿pasa algo?
Por miedo ni Araceli ni Gus le dicen nada a su papá del cambio de Paulina y el hombre tampoco los quiere alterar. Se quedan jugando tranquilamente.

En la noche, Augusto se hace el dormido para no tener intimidad con Paulina y ésta cuando lo cree dormido se levanta sigilosamente. A él le da igual. Su cuerpo rechaza a esa mujer. No quiere ni intentarlo. Paulina está acostumbrada a la pasividad de su esposo.
--seguro que cuando se preñó ya no se dejó tocar¡ ¡¡la muy estúpida...¡
Augusto padre ya lo espera desnudo en la cama. Ella se desnuda ante él. Aunque por dentro siente asco se muestra apasionada. Augusto es muy ansioso.
--¡¡que ganas tenía¡ --jadea él.
El hombre es muy rápido. Y enseguida se queda dormido. Paulina se queda con las joyas que el hombre ha comprado. Lo mira con asco.
--¡No sé a quien odio más al padre o al hijo, viejos babosos¡
Siente desprecio por ambos pero gracias al dinero de su esposo y a los regalos de su suegro vive a todo lujo manteniendo a un amante que sí le gusta,Harold. Paulina sale de la mansión. Se divierte con su amante. Con él si goza. Virginia está en la cama al lado de Adrián. No permite que la toque. No quiere estar con otro hombre. Agarra su celular. Le pone un mensaje: quiero verte, aceptaré lo que tú me propongas. Virginia se levanta. Mira a su esposo, a su hijo.
--¡me estoy volviendo loca¡
Pero no puede dejar de pensar en Harold. No quiere ni puede renunciar a él. Harold tiene el celular apagado. No ha visto el mensaje. Paulina reposa abrazada al torso desnudo del atractivo negro.
--tengo que averiguar si Gabriela ha hecho algo que me pueda comprometer...
Harold le va acariciando el pelo.
--La niña es tu hija... a Augusto no le preocupará la otra...
--¿y si la amenazo con matar a la madre si no si pone de mi lado?
--se supone que son hermanas... es muy peligroso. Te pueden descubrir.
--¿y entonces?
--cuando se sepa que sí son hermanas... nadie creerá en ella... hagas lo que tú hagas...
Paulina ríe y con un teatral llanto dice:
--y yo sufriré tanto viendo a mi hermana tan loquita...

A la mañana siguiente, las dos mujeres se encuentran cara a cara para tomarse las muestras de ADN. A Gabriela le decepciona que Augusto no haya querido ir, el hombre prefiere mantenerse al margen. El comisario no se despega de Gabriela. No cree en ella. A parte que Paulina no deja de coquetear con el hombre.
--¡ahora se sabrá que quien es la mentirosa¡ --dice Gabriela segura.
Paulina se hace la victima:
--Sí, y tú tendrás que reconocer que estás enferma, que necesitas ayuda...
Gabriela no entiende el descaro de Paulina pero le preocupa una cosa.
--¿como está mi hija?
Gabriela llora cuando Paulina le dice:
--Es mi hija, tu hija murió...
Gabriela se pone como loca. El comisario ordene que se la lleven al auto casi arrastras y le dice a Paulina.
--la tendríamos que trasladar a una clínica apropiada...
Paulina le toca el pecho y el viejo comisario se derrite.
--¿no pueden esperar unos días?
Paulina prefiere que Gabriela esté en la cárcel. El comisario asegura que así lo hará.


Esa tarde, Eduardo regresa a la mansión de su hermano.
--¡hermano, que alegría¡ ¡¡no te tenías que haber molestado¡
Eduardo besa a su hermano con cariño:
--quería estar con mi sobrina...
Los dos están muy contentos de verse. Eduardo no tarda en darse cuenta que todo está patas arriba en esa casa por culpa de Paulina. Los dos hermanos hablan en calzoncillos sobre la cama de Eduardo mientras se toman unas cervezas. Augusto ya le ha contado todo lo que ha pasado.
--Deberías hablar con la tal Gabriela... No sé... preguntale cosas que sólo la madre de tu hija sepa...
--¡no voy a averiguar nada...¡
Eduardo mira a su hermano con cariño.
--¿qué es lo que te preocupa?
--¿y si la mujer que me dio una hija es Gabriela? ¿te das cuenta? se acostó conmigo porque le pagaron... ¡nunca me quiso¡
Augusto tiene un nudo en la garganta. No puede evitar que se le escapen las lágrimas.
--¿y si Paulina me es infiel?... Mis anteriores esposas me pusieron el cuerno... ¿porqué Paulina no?
--no pienses en eso...
--soy un desastre como marido... --Augusto atormentado.
--¿Y si no era Paulina? esa mujer que estuvo a tu lado te amó... --Eduardo cariñoso.
Augusto no tiene dudas que él ama a la mujer que ha compartido con él los últimos meses, con quien ha tenido una hija.
--¿me amó o fingió amarme para salvar a su madre?
--lee tu corazón... --Eduardo abrazándolo fraternalmente.
Augusto abre una nueva cerveza.
--No sé nada...
Eduardo propone que se le haga el adn a Gabrielita pero eso a Augusto le parece demasiado. No quiere mezclar a sus hijos.
--mejor esperaré... Paulina ha prometido presentarme a su madre, sabré si está enferma. Sobretodo esos análisis demostraran quien dice la verdad.
Es una verdad que le asusta, que le preocupa.

Paulina va a buscar a Harold.
--¿qué noticias me tienes?
Él se nota alterado.
--No he podido falsificar el análisis...
(insultos) Cuando se calma, Harold le dice:
--Es que Gabriela es tu hermana...
Paulina se ha quedado helada.
--¿qué broma es esta?

No hay comentarios:

Publicar un comentario